Gianluca Cannizzo, ilustrador y diseñador, creador de My Poster Sucks

Linda Silva
4 min readMay 15, 2019

Conocimos el trabajo de Gianluca por pura casualidad, y nos enamoramos al momento: desenfadado, colorido, divertido y sobre todo muy vivo y con cero pretensiones. My Poster Sucks es no solo una declaración de intenciones y una manera divertida de mofarse de cualquier tipo de crítica, sino una forma audaz de dar la vuelta al diseño en el mundo vinícola. Se trata de una revolución que también está ayudando a forjar las bases de los nuevos diálogos del vino, y es por ello que le dedicamos a su trabajo nuestra primera Funky Story.

Cómo comenzó todo, ¿por qué vino y posters?

Hace 20 años descubrí mi pasión por el diseño de posters, y sentí que mi personalidad encajaba mucho con este medio, que me gusta describir como la síntesis de la expresión y la comunicación. Siempre me interesó el mundo del vino, y en 2011 conocí a Pietro Vergano, del Ristorante Consorzio, él fue mi primer maestro, el que me inició en el mundo del vino.

En ese momento cree por pura diversión el póster AMERICANO, para un pequeño aperitivo servido en una peluquería en Turín. Obama me trajo suerte, pues desde ese momento empecé a trabajar para la industria del vino, y sucedió en un momento en el que el productor de vino natural necesitaba empezar a diferenciarse con respecto de los productores de vinos “estándar”.

Hablemos de humor. Obviamente el nombre de tu proyecto es una brillante declaración de intenciones.

El humor mezclado con un toque amargo es un punto referencial en mi trabajo. Es importante no tomar la vida demasiado en serio y ser capaces de reírnos de nosotros mismos.

Mi trabajo se presta a ser interpretado de muchas maneras, desde un nivel más superficial hasta tocar en lo más profundo.

El vino natural es un mundo que devuelve la convivencia al centro, es más informal y permite cierto juego. Yo llegué al lugar correcto en el momento adecuado con un lenguaje que ha acompañado a este mundo hacia una manera de ver el vino diferente también me siento parte de esta realidad en lucha.

Los productores empiezan a prestar atención a la importancia de cuidar el diseño de las etiquetas, pero este apreciación está dirigida por unas pocas personas dispuestas a cambiar las reglas del juego.

El mundo de los vinos naturales tuvo que cambiar por la fuerza su apariencia, también para diferenciarse visualmente del otro mundo del vino, y hacer destacar su realidad.

A menudo pienso que el problema está en el concepto de tradición en sí, que se considera demasiado estático. Creo que aquellos que temen cambiar se esconden detrás de la tradición. Quienes no asumen los riesgos del cambio mueren.

Hay etiquetas terribles porque muchas veces no hay cultura, esa parte de la presentación de un vino se trata como si fuera un factor superfluo. A veces no se le da importancia a la estética y se cree que crear un diseño es un trabajo que lo puede hacer cualquiera usando un programa de edición.

Si hablamos de creatividad e inspiración, de dónde sale en tu caso, ¿puedes nombrar algunos artistas que sigues?

Cuando tengo que crear cosas nuevas me inspiran el arte graffiti de Nueva York de los años 80, Haring, Basquiat, Warhol. Respecto a la creatividad, es más difícil describir el pensamiento que hay detrás, los aspectos formales son solo una consecuencia y la idea se va forjando sobre la marcha.

La cerveza artesana es un claro ejemplo de lo que puede significar para una marca un buen diseño.

La cerveza vive en contextos más informales, por lo que siempre puede divertise más sin complejos, y es una faceta que se adopta también en el mundo del vino natural, de ahí todos los procesos creativos que están surgiendo, ¡afortunadamente!

Puedes seguir el trabajo de My Poster Sucks aquí.

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Linda Silva

Journalist, sommelier, event producer and experiential marketer. Writing stories on drinking culture at @keepitfunkybcn Ask away: ciao@silvalinda.com